Loyce Sikakula, una preciosa historia de altruismo

Os presentamos a Loyce Sikakula, una mujer que vive en la República de Malawi, un país situado en el sureste de África. Malawi, con unos 16 millones de habitantes, es uno de los países menos desarrollados y con más densidad de población del mundo, con el 85% viviendo en zonas rurales donde la escasez de alimentos y enfermedades como el SIDA, han dejado un gran número de niños y niñas huérfanos que son acogidos en casas de ayuda y jardines de infancia.

El día a día de Loyce consistía en recorrer cada mañana 2 kilómetros a pie desde su casa hasta el complejo hotelero Pumulani Lodge, donde trabajaba como personal de servicio. Al finalizar su jornada laboral, cuidaba, junto a su esposo de sus 2 hijos y de 23 niños huérfanos en su propia casa. Además, organizaba y cuidaba un jardín de infancia con otros 50 niños huérfanos.

En 2016, Loyce conoce en Pumulani Lodge a Albert Ten Brinke, presidente de Ten Brinke Group, que estaba de visita coordinando los proyectos de la fundación Ten Brinke en el sureste de África. Loyce le cuenta la labor que realiza a diario con los niños huérfanos y todos los problemas que tiene de abastecimiento de alimentos, de transporte y logística, y le cuenta que sueña con poder darle a esos niños una vida libre de carencias y un futuro lleno de ilusiones.

En ese mismo instante, nace uno de los proyectos más ilusionantes de la fundación Ten Brinke en Malawi.

Ten Brinke decidió intentar ayudar a Loyce a cumplir su sueño, premiar su esfuerzo, su constancia y hacerle protagonista de una preciosa historia de ayuda y cooperación con los más necesitados. Para ello, Ten Brinke adquirió un área agrícola de aproximadamente 2 hectáreas de superficie donde pudieron comenzar a cultivar verduras, maíz, remolacha azucarera, frijoles, etc. Además, se habilitó una zona como granja, se adquirieron 30 pollos y 20 cabras con el fin de obtener carne, huevos y leche.

2 años después, Loyce produce verduras, frutas, carne, huevos y leche para auto-abastecimiento de sus niños, y el sobrante lo vende en el mercado, con cuyos ingresos puede pagar los cuidados de los niños y especialmente las tarifas escolares.

Recientemente, la Fundación Ten Brinke ha financiado un ciclomotor, para que Loyce pueda desplazarse más rápidamente a su lugar de trabajo en Pumulani Lodge, y de esta manera podrá tener más tiempo para organizar las tareas en la granja y cuidar a los niños.

Actualmente se está construyendo un nuevo edificio junto a la casa de Loyce, con espacio adicional para que los niños puedan vivir en mejores condiciones. Se espera que la construcción de estos dormitorios adicionales se termine en unas pocas semanas.

Hoy, los niños, a pesar de todas sus carencias emocionales, de sus almas rotas, tienen un presente más seguro y quizás un futuro lleno de esperanza y de ilusiones.

En éstos tiempos tan complicados en el mundo, Loyce nos envía un mensaje a todos, un mensaje directo a nuestra esencia como seres humanos, a los más profundo de nuestro ser, un mensaje lleno de palabras como la ayuda, la cooperación, el trabajo en equipo, el esfuerzo, la constancia, las ganas de vivir y la felicidad que se siente al luchar por un sueño y que se convierta en realidad.

Gracias Loyce por todo lo que nos estás enseñando.....

 

 

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  • Ten Brinke